Generar alarma social ¿punible?

22/08/2019

Esta misma mañana me enseñaban un mensaje que circula por WhatsApp en el que se dice que una supuesta doctora especialista en nutrición, afirmaba que toda la carne de cerdo está contaminada de listeriosis. Alguien con dos dedos de frente, debería acudir, por ejemplo, al Ministerio de Sanidad y constatar si eso es cierto. De hacerlo, comprobarían que el Ministerio solo desaconseja consumir los productos chicharrón andaluz, lomo al Jerez, lomo casero al pimentón y lomo al pimentón de la marca ‘La Mechá’. Es decir, nada del resto de productos del cerdo.
Pero el daño ya está hecho. A mediodía, en un conocido bar de tapas, una pareja, muy finos ellos por cierto, pedían que no les pusieran ninguna tapa con carne de cerdo «por si acaso».
Noticias falsas como ésta provocan, para empezar, un daño económico irreparable a las empresas del cerdo, desde sus criadores hasta el último carnicero que la venda. El mayor problema, desde mi punto de vista, es que nadie hace nada contra estos/as «intoxicadores», nunca mejor usada la palabra. Y sin embargo, es delito fingir una situación de peligro para generar temor y alarma social, como es el caso. Un antecedente que guarda similitudes con la intoxicación alimentaria y que acarreó denuncia, fue la «broma» de un hombre en Puerto Real que activó todo el protocolo contra el ébola al avisar de su posible contagio. El Juzgado de lo Penal número 2 de Cádiz le condenó (eso sí por conformidad del acusado) por un delito de falsa alarma a tres meses y un día de prisión así como a indemnizar a la Delegación de Igualdad, Salud y Políticas Sociales de Cádiz con 5.383,82 euros.
Sentencias así serían necesarias, primero, contra los/as que lanzan los bulos, por supuesto, pero también no vendría mal que a más de uno/a que se dedica a dar compulsivamente a los «compartir» o «reenviar» sin leer lo que mandan -aunque quizá sea demasiado benévolo pensando que muchos/as saben leer-, fuesen condenados/as igualmente por cooperadores en la propagación del bulo y la alarma social que crean.
Cuando a más de uno/a le condenaran a prisión y una multa de más de 5.000,00 euros, ya se les quitarían las ganas de seguir compartiendo bulos.
¡Ah por cierto! A mediodía, para compensar a esos tan finos que no querían nada de cerdo, pedí delante de ellos unos chicharrones.