El problema es la gestión

Que este gobierno y la buena gestión son incompatibles parece algo evidente. Algo lógico de entender cuando se miran los currículos -vale, la palabra da juego- de los ministros, vividores de la política desde siempre en su mayoría, o sin más experiencia laboral que la de “filosofar de los bellos mundos de Yupi” en los que ellos viven (si has entendido lo de Yupi, casi seguro que no podrás ponerte la vacuna de Oxford). Volviendo al tema, todo lo que necesite de gestión, con este gobierno está perdido, llámese gestión del COVID, de la vacunación, y cómo no, de la gestión económica1. Entendámonos, de la general, la suya y la de los suyos la han gestionado muy bien, a los hechos me remito. Pero en definitiva ¿qué podemos esperar cuando la ministra de hacienda estaba en el gobierno de la Junta de Andalucía que desconocía los ERES? Gobierno de la Junta donde también estaba la vicepresidenta Carmen Calvo, una de cuyas frases lapidarias nos explica perfectamente lo que este gobierno entiende de economía “el dinero público no es de nadie”. Queda entonces claro.

Leemos a diario como, prácticamente todos los países de nuestro entorno, ofrecen programas de ayuda, incluso a fondo perdido, a sectores particularmente afectados, y me voy a referir como ejemplo, a la hostelería.

Seguro que ya está el/la listo/a de turno -hay que ser inclusivos, aunque le demos patadas a la Academia de la Lengua, no se nos vaya alguien a ofender-, ese/esa que aplaude con las orejas, y repite como buen/a acólito/a, todo lo que su líder supremo le dice, sin pensar, para decir aquello de “en España no podemos”. Vale campeón/a, sigue rumiando. (Y pensando yo, también quitaría la coma antes del «sin pensar»: su líder supremo le dice sin pensar).

A ver, dice la patronal de hostelería que en España se han generado pérdidas de ingresos de 70.000 millones de euros en 2020. Aparte del cierre, en muchos casos definitivo, de bares y restaurantes que implica además la pérdida de puestos de trabajo, esos 70.000 millones suponen, mínimo, poniendo sólo el IVA del 10%, 7.000 millones menos de recaudación directa vía IVA, e insisto, sin contar con la recaudación que se pierde por menos retenciones de trabajadores, IRPF de éstos, etc.  (Y no hablemos del sector hotelero, con 106.000 millones de euros con un IVA del 21)

En España hay (o había) unos 300.000 negocios de bares y restaurantes, de los cuales, aproximadamente un 9% son de comida rápida y a domicilio que, técnicamente, han podido seguir vendiendo durante la pandemia. Es decir, nos encontramos con unos 270.00 negocios más o menos afectados. Súmenle que, debido a la misma pandemia, el techo de gasto presupuestario del gobierno ha desaparecido, es decir, que pueden hacer, como están haciendo con otras cosas (ayudas a chiringuitos varios y sindicatos, desaparecidos durante la pandemia, entre otras) lo que quieran. Por ejemplo, en una enmienda a sus propios presupuestos del Estado, PSOE, Unidas Podemos y sus sucios, perdón, sus socios, elevan en más del 50% los 8,8 millones que preveían los Presupuestos, es decir, más de 13 millones de euros (sólo del Estado) para los sindicatos, que, como todos sabemos, han abierto sus sedes para los trabajadores en paro y para dar comidas con esas subvenciones que reciben, o los 6,6 millones de euros dados durante la pandemia por el Ministerio de Igualdad a sus asociaciones afines y “a la realización de postgrados en igualdad”, que digo yo, que si es para igualarme a como se lo han Montero, perdón montado, ellos, me apunto a un postgrado de esos.

Pues ahí va mi pregunta ¿me vas a decir que no puedes destinar 3.000 millones -al año, no al mes- en ayudas directas al sector? Menos de la mitad de lo dejado de recaudar para conseguir, precisamente, recaudar. Porque con esas ayudas (como han hecho en Alemania, Francia o Italia), se podría pagar el alquiler de locales, lo que genera ya de nuevo ingresos al estado por IVA y retenciones. Al contrario, las ayudas directas en España han sido al empresario de cero patatero. Aquí se ha aplazado el pago de impuestos, pero al final los pagas todos de una vez; aquí el Estado te da un préstamo para pagar al Estado o un aval para pagar deudas, con lo cual al final terminas sin ingresos y más endeudado; etc, etc. Lejos de lo propuesto por las autoridades económicas mundiales: “es preciso adoptar medidas que proporcionen la necesaria flexibilidad para el ajuste temporal de las empresas con el fin de favorecer el mantenimiento del empleo y reforzar la protección de los trabajadores directamente afectados” Como digo, a los trabajadores algo sí, pero a las empresas, nada. Con lo que muchos no volverán a sus trabajos. Como ha indicado el BCE2, España ha sido el país europeo que menos ayudas ha dado durante la pandemia.

Fue publicarse esta noticia y rápidamente salió la Ministra de Economía (venga ministerios), anunciando que en unas semanas se pondrán en marcha ayudas a autónomos y empresas viables afectados por la pandemia. Estas medidas “incluyen la posibilidad de conversión de las ayudas en forma de anticipos reembolsables, garantías, préstamos u otros instrumentos en subvenciones directas”. Es decir, te presto para que te endeudes más y de estas subvenciones directas “ya te contaré, morena” como hasta ahora. Al tiempo.

Ojo, y he subrayado VIABLES. La pregunta parece lógica ¿cómo y quién determina que los que reciben la ayuda seguirán funcionando después de la pandemia? Lo mismo usan el mismo Comité de expertos del COVID. Recen a quien quieran.

Y vuelvo a dirigirme al/la listo/a de turno. Hablaba de destinar 3.000 millones al año en ayudas directas, sólo en hostelería. Para que sirva de referencia, sólo en enero de 2021, el coste mensual de las pensiones alcanza ya casi los 10.000 millones de euros, tres veces más, o que por cada quincena que se amplían los ERTE el coste para el Estado es de 3.400 millones. Si das 10.000,00 euros a un empresario de hostelería a fondo perdido aunque sea para destinarlo a pagar el alquiler del local, ya el Estado vuelve a recaudar: 2.100,00 € por el IVA, 1.900,00 € por las retenciones, y la parte correspondiente del Impuesto de la Renta o de Sociedades del dueño del local. Es decir, recaudas casi la mitad de lo entregado, y así el hostelero quizá pueda volver a abrir y recuperar a sus trabajadores. Sin local por impago, ni recaudación ni trabajo. Más paro y más gasto público.

Pero aquí lo importante no es eso, o siendo mal pensado, quizá sí. Aquí lo importante es que el okupa ocupe tu casa sin poder echarlo (votos); lo importante es darles a empresas de amigos las exclusivas de productos sanitarios defectuosos (votos); lo importante es crear estómagos agradecidos con paguita sin trabajar (votos) -a ver a quien van a votar “para que no les quiten la paguita”– y, eso sí, lo más importante, es crear una sala de juegos para los niños de la ministra y pagarle a la niñera 80.000,00 euros al año con la excusa de un carguito a dedo. Por lo menos, esta vez le ha dado un cargo, a la última la tuvo que pagar tras que la denunciaran.


1 España, entre los países que peor han gestionado la pandemia | Internacional | Cadena SER En Europa, sólo Rumanía está detrás nuestra.

2 España, el país de la eurozona que menos apoyo fiscal prestó a la economía en 2020, según BCE (europapress.es)